EL PROCESO DE SANACIÓN
Sanar heridas no se limita a la práctica del reiki, la utilización de cristales o la apertura de Registros Akáshicos, el uso del péndulo, la acupuntura…ni cualquier otra maravillosa técnica.
Sanar no consiste únicamente en lograr armonizarse.
Sanar implica asumir la responsabilidad y hacerse cargo de uno mismo; puede que tampoco sea un camino para todos sino, para aquellos que muestran valentía y coraje.
Es para quienes se atreven a explorar su alma, a seguir su guía interna y dirección.
El proceso de sanación es profundo e intenso, requiriendo una gran cantidad de energía y tiempo, así como una considerable dosis de paciencia, dado que demasiadas veces hemos ignorado nuestras propias necesidades, hemos dejado de escucharnos.
Enfrentar un ego que se opone a los cambios que emergen del alma también forma parte del proceso de sanación
Sanar puede implicar sangrar, supurar, mucha comprensión, perdonar y perdonarse y, finalmente, llegar a soltar.
Es un viaje que abarca estados sucesivos de enojo, tristeza, soledad y silencio; sanar es adentrarse en las sombras y aceptarlas.
A pesar de todo, sanar es un proceso maravilloso, ya que brinda liberación y libertad.
Herramientas como el reiki, los cristales, los Registros Akáshicos, o las flores de Bach son útiles, pero el verdadero canal de sanación eres tú mismo.